Después de los aterradores eventos que sacudieron el mundo el pasado 24 de febrero y que continúan haciéndolo cada día que pasa, el resto de países se encuentran temerosos e incrédulos ante la perspectiva de un conflicto armado en progresión. Esta actitud de los ciudadanos puede estar totalmente justificada teniendo en cuenta la figura de Vladimir Putin, quién siempre se ha mostrado despiadado y poco fiable, ahora aún más acrecentada por un discurso manipulador y engañoso cargado de intenciones ocultas entorno a la geopolítica.

Lo que puede resultar novedoso de este conflicto radica en las peculiaridades del siglo XXI… No únicamente en términos de comunicación masiva, donde la gente no ha dejado de hacer memes y compartir información mayoritariamente con carácter de pos verdad, sino también en el marco de una Carta de la ONU vinculante para ambas partes;

Mantener la paz y la seguridad internacionales y, con ese fin: adoptar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar las amenazas a la paz y reprimir los actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz, y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y el derecho internacional, el arreglo o arreglo de controversias o situaciones internacionales que puedan dar lugar a quebrantamiento de la paz. (Artículo 1, sobre los fines de las Naciones Unidas)

Es decir, los miembros del tratado han acordado evitar el uso de la fuerza a toda costa y resolver las disputas a través del diálogo y la negociación.

Pero Putin ha aplicado mal el derecho internacional (DI). Tras el inicio de esta invasión ilegal que se ha producido al traspasar las fronteras de la vecina Ucrania, el discurso del presidente ruso ha mostrado una profunda desconexión entre lo dicho y su verdadero significado. EU vs disinfo, una iniciativa para abordar mejor las campañas de desinformación rusas que afectan a la Unión Europea, ha proporcionado las siguientes comparaciones del discurso de Putin:

- Primero, la justificación de la invasión bajo el pretexto de la “autodefensa de Rusia”, sí podría ser una interpretación justa del DI, siendo la única situación bajo la cual el uso de la fuerza está permitido por la Carta de la ONU. Sin embargo, la realidad ha consistido en un ataque a un Estado soberano que no había supuesto ningún peligro previo.

- En segundo lugar, Putin aseguró una “operación militar limitada”, que acabó por convertirse en un ataque total con misiles, invasión aérea y terrestre, objetivos civiles, ciudades e infraestructuras devastadas.

- En tercer lugar, la "no ocupación" se ha transformado en un intento de ocupar tanto como sea posible, tratando de colocar a Ucrania bajo el control del Kremlin indefinidamente.

- Cuarto, la “desnazificación de Ucrania” parece más un tipo de represión estalinista, a aquellos funcionarios legítimamente electos de un país soberano.

- En quinto lugar, prometer "celebrar elecciones para un nuevo gobierno" más bien significa una democracia falsa a punta de pistola para colocar en el poder títeres leales al Kremlin.

Además, otras fuentes afirman que Putin ha justificado estos ataques bajo la intención de “defender a la población prorrusa residente en Ucrania que venía sufriendo genocidio”, apelando al artículo 51 de la Carta. Moscú lleva 8 años protegiendo a esta población otorgándoles la nacionalidad y ciudadanía rusa, no obstante, las medidas adoptadas no coinciden con el DI; rescatar ciudadanos atrapados o en peligro en otro país se reconoce como una forma de legítima defensa, pero estas intervenciones deben limitarse estrictamente a evacuar ciudadanos, no a derrocar gobiernos. El artículo 51 en cuestión, menciona el papel del Consejo de Seguridad en el contexto de un delito mayor como el genocidio, que converge con el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales;

[…] Las medidas tomadas por los Miembros en el ejercicio de este derecho de legítima defensa serán comunicadas inmediatamente al Consejo de Seguridad y no afectarán de ninguna manera la autoridad y responsabilidad del Consejo de Seguridad […] (Art. 51, Carta de la ONU).

El DI ofrece un espacio para recoger las posibles acusaciones de responsabilidad por los supuestos hechos ilícitos de Ucrania a nivel internacional, apelando al Consejo de Seguridad que tiene la jurisdicción capaz de condenar el crimen de genocidio ante el Tribunal Penal Internacional, y no, de ninguna manera, otorga a Rusia la justificación para el uso de fuerza contra la integridad territorial de Ucrania.

Además, el hecho de que Rusia sea uno de los cinco países con poder de veto en el Consejo de Seguridad, complica las posibilidades de intervención y desenlace del conflicto a manos de la ONU. Por lo tanto, lo que queda es que los países impongan sanciones económicas y diplomáticas, como ya lo han hecho EE. UU. y Europa, por ejemplo, mediante la intensa devaluación del rublo y las exportaciones, la expulsión del SWIFT, Eurovisión o el campeonato de la FIFA.

Vladimir Putin ha aplicado erróneamente el DI y ha invadido ilegalmente la nación soberana de Ucrania; António Guterres, Secretario General de la ONU, ha dicho lo siguiente: “El uso de la fuerza por parte de un estado contra otro es un repudio de los principios que cada país se ha comprometido a defender. Esto se aplica a la actual ofensiva militar. Eso está mal. Va en contra de la Carta (de las Naciones Unidas). Es inaceptable Pero no es irreversible”.