Tecnología en la abogacía: ¿aporta mayor eficiencia?
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La revolución tecnológica obliga a los despachos de abogados a utilizar herramientas nuevas como la Inteligencia Artificial o los Chatbots
El sector de la abogacía es, por lo general, un sector que le está costado más adaptarse a lo tecnológico. Aún existen muchos abogados que trabajan en papel, que revistan las leyes y la jurisprudencia en libros.
Es cierto que la pandemia ha cambiado la mentalidad de millones de empresas. Donde antes no se contemplaba el teletrabajo, ahora está al orden del día. Donde las videollamadas eran un recurso de última necesidad, ahora se llevan a cabo casi a diario, tanto reuniones del mismo departamento, como en reuniones con clientes.
Desconocemos por completo los cambios sociales o tecnológicos que transformarán nuestra forma de trabajar. Lo que sí sabemos es que los abogados disponemos de una tecnología inédita hasta la fecha, que nos permite trabajar de manera más rápida y más eficaz. ¿Conviene invertir en tecnología? Sí.
En el caso de la Inteligencia Artificial (AI) son muchas las firmas de abogados que están apostando por esta herramienta, que se encuentra en constante transformación. La AI ayuda a acortar el tiempo dedicado a la búsqueda documental y jurisprudencial, por ejemplo.
También, los expertos en la AI consideran que puede ser un gran compañero para el abogado a en la hora de la toma de decisiones.
Otra de las herramientas que puede utilizar un despacho de abogados es el chatbot, ya sea a través de la website, o por aplicaciones de mensajería instantánea como Telegram. El chatbot resulta ser una herramienta que trata de garantizar una cierta calidad de atención a los potenciales clientes. Significa dar una respuesta rápida a clientes que necesitan una atención constante.
Si bien es cierto que los chatbots sirven, en la actualidad, de mensajeros entre los clientes y los abogados, es muy posible que en un futuro podamos ver chatbots que aconsejen a los clientes.
En la actualidad, los abogados disponen de una gran variedad de dispositivos y herramientas tecnológicas. Utilizarlas exige un gasto por parte de la organización, y una determinada formación a los abogados. La abogacía tradicional, como la conocemos, sufrirá una gran transformación.
Los abogados han de procurar no trabajar menos, sino aumentar la calidad de sus servicios, que será el elemento más solicitado en un mercado cada vez más globalizado.
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