¿Qué es el diseño legal: sólo UX o también UI?
La pregunta que nos hacemos y a la que trataremos de dar respuesta es sencilla: ¿qué es el diseño legal? A primera vista puede parecer sencillo dar una respuesta pero, si analizamos la pregunta en profundidad, descubriremos que la respuesta no es tan fácil.
Así que nos preguntamos: ¿el diseño jurídico es el proceso de mejora de la comprensibilidad de un acto jurídico (y, por tanto, el pensamiento de diseño aplicado al mundo jurídico) o también puede considerarse diseño jurídico la simplificación y mejora de la maquetación de un documento?
El mundo académico lo tiene muy claro: el diseño jurídico es el pensamiento de diseño aplicado al mundo del Derecho. Punto.
Analizando los datos de una encuesta realizada por el grupo de Linkedin "Young Legal Innovators" en la que participó una muestra de 123 profesionales de todas las edades y que trabajan en diferentes sectores, podemos ver que el mercado piensa de forma diferente. Según el 92% de los encuestados, de hecho, es posible mejorar la comprensibilidad de un documento jurídico únicamente mejorando su maquetación. Así, una simple modificación gráfica, como la inclusión de iconos, imágenes o mapas conceptuales, por ejemplo, permitiría al usuario comprender mejor el contenido.
Entonces, ¿quién tiene razón?
Para profundizar en la cuestión es necesario hacer un importante análisis y distinción entre legibilidad y comprensibilidad.
De hecho, muy a menudo se confunden ambas, pero también es cierto que dependen estrechamente la una de la otra.
La legibilidad de un texto mide la facilidad de lectura de un texto.
La comprensibilidad de un texto, en cambio, es la capacidad del texto para ser comprendido en su contenido.
Cuando se mejora la disposición gráfica de un documento, se suele modificar su legibilidad.
Para mejorar la comprensibilidad, sin embargo, es importante realizar el trabajo típico del design thinking, es decir, preguntarse quién es el usuario final del documento, tratar de utilizar un léxico que le resulte familiar y configurar el documento de manera que pueda ser bien entendido por él.
Ni que decir tiene que un texto muy comprensible pero poco legible no conseguirá de todas formas el objetivo de ser leído.
Por eso, la legibilidad y la comprensión, los elementos gráficos y el contenido textual, van de la mano y una no puede separarse de la otra.
Así que, para los amantes de las respuestas claras, lamentablemente hoy no podemos satisfacerles: no podemos decir quién tiene razón y quién no entre la academia y el mercado. Probablemente ambos.
La fiabilidad de un documento
Otro dato interesante que se desprende de la encuesta se refiere al grado de fiabilidad de un documento. Muchos profesionales y no profesionales, hasta ahora, pensaban que un documento que no era sólo un muro de texto en blanco y negro se consideraba poco fiable. Esto no es lo que piensan los encuestados de Young Legal Innovators, ya que el 70% de ellos no considera que un documento con imágenes, colores e iconos sea menos fiable que uno "tradicional".
Por último, una cifra que da que pensar es que "sólo" el 80% de los encuestados piensa que un documento jurídico debe ser entendido por todos y no sólo por los iniciados. Parece extraño que todavía haya un 20% de profesionales que sigan creyendo que la comprensibilidad es exclusiva de unos pocos.
El dicho "pactos claros, amistades largas" debería ser el fondo de pantalla de todo abogado. Diariamente creamos pactos que permiten relaciones de todo tipo, es justo que cualquiera pueda, fácilmente, entenderlos.
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