El Comité Permanente de Ética y Responsabilidad Profesional del American Bar Association (ABA) publicó el 15 de julio una guía que abarca la conducta de los abogados en relación con el acoso y la discriminación.

La Opinión Formal de Ética 493 de la ABA resume cómo la Regla Modelo de Conducta Profesional 8.4(g) de la ABA aborda las acciones de un abogado más allá de la sala del tribunal y en contextos que pueden no estar conectados con la representación de un cliente. Esta Regla Modelo incluye varias actividades como el funcionamiento de un bufete de abogados o el comportamiento en el colegio de abogados u otros eventos empresariales y sociales.

La norma establece que es una falta profesional que un abogado adopte una conducta que el abogado sabe o debería razonablemente saber que es acoso o discriminación por diversas categorías, entre ellas el sexo, la raza, la religión, la orientación sexual y la identidad de género.

En el informe se explica que entre las pruebas de acoso sexual podrían figurar "actividades como cenas de bufetes de abogados y otros acontecimientos sociales nominales en los que los abogados están presentes únicamente por su asociación con su bufete de abogados o en relación con su ejercicio de la abogacía".

En la opinión oficial se señala que la libertad de expresión está protegida, pero la norma se viola con conductas perjudiciales, que "a menudo serán intencionales y típicamente dirigidas a un individuo o grupo de individuos en particular, como dirigir un epíteto racista o sexista hacia otros o participar en conductas físicas no deseadas y no consentidas de naturaleza sexual".