GreenLaw, fundada por Annika Reynolds, ha sido reconocida recientemente como una organización clave de la sociedad civil que aborda el cambio climático por el Centro Australiano Pro Bono. La última guía del Centro ha sido formalmente avalada por el Relator Especial de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y el Medio Ambiente y describe las vías críticas que las organizaciones legales pueden tomar para contribuir a la justicia climática.

La guía tiene por objeto informar a los profesionales del derecho de todo el mundo sobre las medidas que pueden adoptar para promover los objetivos ambientales y combatir la crisis climática, centrándose en las formas prácticas de influir en las organizaciones y campañas existentes. Describe los principales grupos de la sociedad civil en el espacio climático, así como los tipos de trabajo que realizan y las contribuciones que han hecho a la justicia climática en Australia.

GreenLaw fue discutido como un ejemplo de establecimiento de una clínica líder en justicia climática en colaboración con una universidad. En la guía se esboza la forma en que GreenLaw ha hecho importantes presentaciones gubernamentales, como el Examen Independiente de la Ley de conservación del medio ambiente y la biodiversidad de 1999, que posteriormente sirvió de base para un artículo revisado por homólogos y publicado en la Revista de Derecho Ambiental y de Planificación en julio de 2020.

Los proyectos en curso y futuros de GreenLaw también fueron reconocidos por la Guía, que han sido apoyados por la Directora de Equipos Sarah Mack. Se concedió una mención especial a nuestro trabajo actual en una Guía Práctica de Leyes y Protestas en el Territorio de la Capital Australiana, cuya publicación está prevista para el mes próximo, así como a una nueva e interesante iniciativa planificada con la organización Farmers for Climate Action. Estas iniciativas cuentan con el apoyo de académicos del derecho y socios del sector privado, salvando la brecha entre el mundo académico y la práctica privada. 

El Centro Australiano Pro Bono reconoce el nicho que ocupa GreenLaw como organización fundada en una universidad australiana de primer nivel y señala cómo la intersección de estudiantes y académicos experimentados crea una cultura de experiencia así como un enfoque en el futuro. La capacidad jurídica de los estudiantes de derecho ha sido hasta ahora infrautilizada en los espacios de reforma del derecho ambiental, pero la misión de GreenLaw es utilizar los puntos fuertes de los jóvenes para influir en la justicia climática y en una reforma política duradera.