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Cuando se habla de burnout (o “síndrome de estar quemado”), muchos abogados tratan este tema como una enfermedad psicológica y, quienes lo sufren, ocultan esta realidad

Al no reconocer esta enfermedad, que está cada vez más presente en las compañías, puede conllevar a un empeoramiento de la misma. Aquí resumimos los errores más comunes que cometen los abogados a la hora padecer burnout:

- No reconocer tu estado

Cuando un abogado padece burnout, lo que primero que hace es no reconocerlo, y que no lo conozcan sus compañeros de trabajo. El miedo a que sea tildado de trabajador quemado no gusta a ningún profesional. 

Al no reconocer el estado en el que se encuentra, lo que hace es empeorar su situación, acumulando más estrés y tratando de ocultar su agotamiento.

- No pedir ayuda

El síndrome de burnout es difícil solucionarlo por cuenta propia. Para ello es útil pedir ayuda a un coach, hablar con tus jefes o responsables de departamento, o con un profesional de Recursos Humanos del despacho. Si no se pide ayuda, difícilmente se podrá salir de esa enfermedad.

Una comunicación fluida ayuda que los jefes conozcan, en todo momento, la situación anímica y mental de sus empleados.

- No analizar qué acciones tienes que tomar para rebajar tu estrés

Cuando un abogado no analiza el impacto que le genera las horas que invierte en trabajar, los resultados que obtiene, la influencia que ejerce su jefe sobre su trabajo… Cuando el abogado no analiza estos elementos, puede tener una imagen distorsionada de su papel en la firma y, por ende, de los efectos negativos que su trabajo le puede conllevar.

Para solucionar el síndrome del agotamiento profesional un buen consejo es identificar y analizar los factores que te están minando moral y mentalmente.

- No descansar la mente

Esta es una de las tareas más complicadas. En el mundo globalizado en el que vivimos, atosigados por la tecnología y la conectividad nos puede resultar difícil desconectar totalmente nuestra mente. 

Lo importante es descubrir lo que genera tensión y estrés para, después, tomarse horas de descanso sin acceder a ello. Por ejemplo, el correo electrónico.

- No elaborar planes

Todas las firmas y compañías tienen planes para mejorar su productividad y bienestar económico. ¿Por qué no elaboras tú mismo un plan para reducir el burnout?

Un error común que cometen muchos abogados es el de dejar la responsabilidad del agotamiento profesional en un coach, pero también el abogado tiene que poner de su parte y elaborar un plan estratégico que le ayude a desconectar todos los días del estrés y a encontrarse mejor mentalmente.