Entrevista con Katharina Miller sobre el papel de la mujer en la abogacía
1. ¿Cómo ha visto la evolución de las mujeres abogadas en el sector jurídico desde que comenzó su carrera profesional?
Empecé a trabajar como abogada hace 11 años. Estoy inscrita en el Colegio de Abogados de Stuttgart y en el de Madrid. En 2017, por primera vez en la historia de Alemania, hubo más mujeres inscritas en los colegios de abogados alemanes que hombres. La mayoría de mis colegas mujeres trabajan como abogadas de derecho de familia o de derechos sociales. Sin embargo, en ese mismo año solo el 10% de las mujeres son socias de sus bufetes. La primera mujer abogada, Maria Ott, fue admitida en Alemania en 1922.
En España en 2020, por primera vez en la historia, hay más mujeres abogadas que hombres en la franja de edad entre 25 y 45 años. Sin embargo, sólo el 19% de las mujeres son socias de los mayores bufetes de abogados de España. La primera mujer abogada que se colegió en España en 1922 es Ascensión Chirivella. Esto significa que al menos para la profesión como "abogadas" hay un movimiento en la -para nosotras las abogadas- buena y correcta dirección, sin embargo es muy, muy lento.
Las cifras son peores para las mujeres notarias, jueces y fiscales y las mujeres en la academia jurídica. Recomiendo encarecidamente la lectura del estudio "Mapping the Representation of Women and Men in Legal Professions Across the EU", que ha sido publicado en 2017 y encargado por la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo. Este estudio muestra que en 2014, ni siquiera una mujer era Juez de Tribunales de Segunda Instancia o del Tribunal Supremo en Irlanda del Norte o ni siquiera una mujer era Presidenta de Tribunal en Malta y Escocia; para el mismo año, hay una falta total de Presidentes de Tribunales de Segunda Instancia en Dinamarca, Irlanda, Chipre, Lituania, Malta, Países Bajos e Irlanda del Norte. Y si echamos un vistazo a las cifras de presidentes del Tribunal Supremo en 2014, solo la República Checa, Irlanda, Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Finlandia y Suecia tenían mujeres al frente del Tribunal Supremo de sus países.
Sin embargo, en todos los Estados miembros de la UE, había muchas más mujeres que hombres trabajando como personal no judicial o personal que asiste a los jueces, así como personal administrativo. Ya en 2015, en todos los Estados miembros de la UE hay más mujeres que hombres estudiantes de Derecho; lamentablemente, faltan datos sobre las profesoras de Derecho. Sin embargo, sabemos que las mujeres catedráticas de ciencias sociales eran el 18,5% en 2007. En Alemania, en 2018, sigue habiendo Facultades de Derecho sin mujeres catedráticas y sólo una Facultad de Derecho tiene un porcentaje del 38,46% de mujeres catedráticas. ¿Si me preguntan si estoy satisfecha con esta evolución? Bueno, al menos hay evolución, sin embargo es muy, muy lenta.
2. ¿Qué factores cree que han mejorado el papel de las mujeres en el sector jurídico?
Del estudio que menciono arriba, aprendí (y estoy de acuerdo) que la "condición social de la mujer y el modelo familiar imperante en un país concreto son especialmente relevantes para la situación de las mujeres en las profesiones jurídicas". Si el sostén de la familia sigue siendo el marido, entonces es mucho más difícil para la mujer trabajar en su profesión jurídica. Otro factor son los sistemas políticos. El estudio recuerda corrcetlty que "los sistemas políticos han influido profundamente en el papel y la posición de los juristas en general y de las mujeres juristas en particular, como demuestra la historia de los antiguos países comunistas" - de forma positiva.
Por otro lado, la europeización y la internacionalización han tenido un impacto positivo en la participación femenina en el trabajo jurídico, ya que ha ido ampliando los márgenes en las últimas décadas. Además, la situación económica ha tenido un impacto positivo en la presencia femenina en el trabajo jurídico, ya que una economía floreciente necesita más abogados.
3. ¿Cree que aún queda mucho camino por recorrer para lograr la plena igualdad?
Sí, creo que todavía hay un camino muy largo para lograr la plena igualdad en las profesiones jurídicas. Estamos muy sesgados y llenos de estereotipos y sin una legislación de cuotas y sanciones estrictas no puedo imaginar que este statu quo vaya a cambiar rápidamente.
4. ¿Cómo ve a la nueva generación de mujeres abogadas?
Veo a la nueva generación de mujeres abogadas con más autoestima y con mucha hambre y apetito, ¡lo cual es genial!
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