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Cuando un líder se plantea su impacto dentro de la firma, muchas veces lo hace observando circunstancias numéricas (beneficios, pérdidas, dividendos, etc), pero pocos de ellos se centran en el desarrollo de los profesionales de la organización

Van siendo cada vez más los líderes que prestan atención al cambio organizacional pero su consecución es difícil y muchas de las estrategias que abogan por cambiar la cultura de una firma fracasan. 

Y muchas de estas estrategias dependen de un liderazgo fuerte y eficaz, pero, ¿cómo identificar a líderes con estas características que lleven con éxito el cambio de cultura corporativa?

- Comunicación

Un líder eficaz tiene que saber comunicar a todos sus empleados, ya sea de manera colectiva o individual, sobre cualquier tipo de noticia, ya sea positiva o negativa. 

Con un proceso de cambio de la organización ocurre lo mismo. El líder tiene que describir nítidamente y con claridad a sus empleados por qué se va a cambiar la cultura de la organización y hacia dónde se quiere llegar por medio de ella. 

Es crucial conectar los nuevos valores de la firma con la totalidad de los empleados.

- Incentivar

Un líder que quiera llevar a cabo un cambio de cultura de la organización ha de saber inspirar a sus empleados e incitarles a realizar el mejor trabajo. Los trabajadores han de afrontar este proceso con motivación, bajo una mirada colectiva como organización. 

De este modo ofrecerán su mejor versión laboral. Hay que incentivar e involucrar a los compañeros de trabajo desde el principio.

- Compromiso

Una óptima descripción del proceso del cambio de cultura de una organización ayudará a toda la empresa a ir a una misma dirección. A partir de una visión unificada, los trabajadores adquieren un mismo compromiso: el cambio de la firma que pertenecen. 

El líder juega un papel clave en esta característica ya que tiene que mantener vivo el compromiso de todos los trabajadores. Para ello es necesario la confianza entre líder y trabajador y la claridad a la hora de acometer cada una de las acciones. 

Los trabajadores tienen que ser conscientes de las consecuencias que conllevan cada una de sus tareas, lo que les ayuda a tener un compromiso más sólido en la firma y en su cambio de cultura.